Cuando hablamos de sueño infantil, la rutina es nuestra aliada, nuestra socia, nuestra mejor amiga. El orden, y más específicamente la rutina, arma, brinda seguridad, da más firmeza y genera tranquilidad. 

Al armar una rutina de sueño hay que buscar que nos sintamos cómodos y nos identifiquemos con ella, pero sobre todo, que haya sido pensada en función de las necesidades y respuestas de nuestros hijos. La misma se puede incorporar desde los primeros días del bebé, cuando será más bien breve y adaptada a los momentos en los que tenga que dormir. 

A medida que el bebé crece y se interesa más por su ambiente, ya no le resulta tan simple cerrar los ojos y quedarse dormido. Por eso es importante que lo observes para identificar cuáles son las señales que da cuando está cansado y, en ese momento, empezar una rutina relajante.

Es importante que sea flexible; la rutina que les sirve hoy puede no ser tan útil en unos meses, por lo que nos debemos ir adaptando a sus nuevas adquisiciones y necesidades. 

Los niños y bebés deben asociar la hora de irse a dormir con algo amoroso, saludable y placentero. Los rituales relajantes y predecibles los prepara física y psicológicamente para el sueño. Busquen actividades tranquilas: leer cuentos, contar historias, cantar una canción, escuchar música. Todo acompañado de mimos, abrazos y mucho amor. 

Nuestros productos están diseñados para crear y fomentar estas rutinas.